Actualización de Xbox 360 ya disponible: interfaz Metro, control por voz con Kinect y mucho más

El fulgurante éxito de Kinect, que sobrepasa por mucho los 10 millones de unidades vendidas, puso en evidencia al sistema operativo de Xbox 360, que necesitaba de un remozado para sacar todo el jugo a la sensor por movimiento de Microsoft.

La última actualización de la consola, disponible desde hace unas horas, se antoja la más ambiciosa que haya conocido el sistema. No en vano, Xbox 360 pasa de ser una consola de videojuegos al uso para convertirse en centro de entretenimiento y multimedia (set-top box, que dirían los puristas).

La novedad más evidente es la nueva interfaz Metro, propia de Windows Phone 7 y del futuro Windows 8. De este modo, los de Redmond dan coherencia así a todas sus plataformas, ya sean móviles o de sobremesa.

Los menús, aún ordenados por pestañas, presentan un estilo ecléctico realmente atractivo y la carga de elementos resulta mucho más rápida.

Otro atractivo del nuevo Dashboard es la integración de Kinect, que ya no se limita a una sección específica del sistema, sino a este en su totalidad. Podremos desplazarnos por los menús con nuestras manos o mediante comandos de voz, posibilidades más efectistas que útiles, pero de agradecer en cualquier caso.

Xbox 360 mejora e implementa sus principales aplicaciones sociales y multimedia, entre ellas Facebook, Twitter, DailyMotion, Video Kinect y las dos nuevas estrellas de la consola: YouTube e Imagenio, la plataforma IPTV de Movistar, desde la que ver hasta 12 canales de televisión (Gol TV, Eurosports o ESPN entre ellos) o alquilar series y películas. Su acceso será gratuito para todos los miembros Xbox Live Gold hasta el próximo 31 de enero.

Entre otras novedades, la nueva interfaz permite su manejo mediante una aplicación específica en nuestro Windows Phone 7, implementa mejoras en la interacción con la comunidad de jugadores y mejora la búsqueda de contenidos gracias a Bing. Por último, podemos almacenar nuestro perfil de usuario y partidas guardadas en la nube, fulminando la obligatoriedad de un soporte físico (disco duro o tarjeta de memoria).